Cuando
hablamos de creatividad algunas personas lo pueden relacionar con la idea de
viajar en un barco; otras personas, en cambio,
prefieren tomar la imagen de un globo. Las dos tienen muchas
similitudes: soltar las amarras, modificar nuestro biorritmo en función de los
países que cruzamos, extender los límites mentales y abrir las puertas a las
percepciones sensoriales.
Supone
la interacción con el entorno, generar diferentes alternativas y establecer
soluciones en función del rol desempeñado, la metodología utilizada, el fin
perseguido y el punto de origen. Durante todo este proceso debemos dinamizar
cada evento para concebir las transformaciones.
La
palanca fundamental para expresar nuestra creatividad es despojarnos de lo
cotidiano, algunas reglas básicas son:
prohibido instalar el control automático, evitar seguir los esquemas
mentales establecidos, censurar los actos rutinarios e impedir que se apague
nuestra voz interior; en positivo: fomentar el inconformismo sobre pautas y
reglas encorsetadas, potenciar nuestro sistema de alertas sensoriales,
conectarnos a la naturaleza viva, sentirnos como parte de un cuerpo cuyos
movimientos y vibraciones se relacionan de forma armónica.
Nuestro
proceso creativo sigue varias recomendaciones, la primera es buscar un lugar que nos relaje, que sea nuestro
favorito o idóneo para despertar la energía creativa; el objetivo es preparar
nuestra mente para que sea receptiva: escuchar los sonidos que nos rodean,
degustar antiguos y nuevos sabores, oler profusamente y mirar con ojos recién estrenados.
La segunda entrar de lleno en
el proceso creativo, nuestra mente está dispuesta a abrir una de estas dos
puertas, la puerta con el método organizativo unido a la mente racional y la
puerta con el método instintivo relacionado con el inconsciente y la intuición;
podemos elegir aquél con el que, más cómodos, estemos. La tercera es confiar en nosotros mismos y en el resultado
obtenido, si el propio autor no está conforme con el resultado, mucho menos lo estarán
aquellas personas que lo tienen que aceptar como original. Aquí juega un
importante papel la competencia que trata sobre la perseverancia y otra sobre el desarrollo
de relaciones.
Todas
estas ideas y algunas más aparecen en el discurso de Steve Jobs en la
Universidad de Stanford. Merece la pena escucharle.
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