viernes, 19 de agosto de 2011

Aprendizaje y creatividad.

Los procesos de aprendizaje organizativo es uno de los tres factores a tener en cuenta para un proyecto de redes sociales, los otros dos, ya comentados en el anterior post, son el estilo corporativo y la gestión de los recursos humanos.

Las rutinas de aprendizaje, entendidas como capacidades pertenecientes a la cultura empresarial, según Maria Ascensión Barajas Iñigo (2011), se articulan en torno a tres procesos:
1.- La dinámica de trabajo en equipo adoptada por la compañía. Existen equipos multidisciplinares y multifuncionales que crean sinergias y su estructura responde a los negocios en los que está implantado.

2.-Los flujos de información y toma de decisiones, condicionados por el diseño de la estructura organizativa. Cada filial está especializada en un negocio y es la matriz la que centraliza las decisiones estratégicas y con un presupuesto común, en nuestro caso del proyecto de una red social interna, será supervisada por la matriz pero cada filial puede crear sus foros, grupos, sin embargo los contenidos y la dinamización son originarios de la central. Se garantiza así la necesaria flexibilidad para reaccionar en poco tiempo ante oportunidades y creatividad de los participantes.

3.- Los procesos de cooperación exterior. La cooperación exterior se articula con la participación en consorcios tecnológicos internacionales y colaboración habitual con clientes y proveedores.



Según Gianluca Balocco (2011) el camino a seguir es la vía de la participación mediante tres itinerarios que se deben completar hasta el final:

  • Social Learning: Gestionar todo el conocimiento formal e informal generado a partir de las comunidades de expertos de nuestra organización.
  • Personal Branding: Dotar a las personas de un espacio personal que les permita construir su “imagen de marca” lo que reportará a la compañía información valiosa sobre el potencial de sus empleados, capacidad de liderazgo, conocimiento técnico, implicación con la compañía.
  • Ingenio 2.0: Herramientas de seguimiento y monitorización de la actividad de nuestros colaboradores que permiten la identificación de líderes sociales a través de su actividad y aportaciones a las comunidades.

Tanto los procesos de aprendizaje como los itinerarios deben fomentar la creatividad, el principal valor de la innovación. Cuando leemos alguno de los 80 libros escritos por Edward de Bono lo primero que se te ocurre es pensar ¿creatividad y disciplina previa? Y efectivamente es así, si pensamos en el legado de este gran pensador no debemos pasar por alto “los seis sombreros para pensar”, “el pensamiento lateral” y “las seis medallas de valor”.

Para generar ideas y poder innovar debemos ser “animales de costumbres”, elaborar un aprendizaje explícito e intencional, poco flexible a la ineficiencia y la inercia.

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