La reforma de la Seguridad Social
Las incógnitas sobre la edad de
jubilación y la pensión acumulada parecen que se van desvelando:
Según el periódico Cinco Días de fecha de 28/01/2011, podrán
jubilarse a los 65 años y con la pensión completa los trabajadores
que acumulen 38,5 años de cotización.
El periodo de cálculo de la prestación
pasará de los 15 años actuales (los 15 últimos) a los 25 últimos
años de carrera laboral. El tránsito será gradual y se llevará a
cabo en dos tramos. Así, de 2013 hasta 2018 se subirá un año de
cotización por año que pase, de manera que en 2018 serán
necesarios 20 años para percibir la pensión mínima Se procederá
de la misma manera de 2022 a 2027, por lo que en 2027 se llegará a
los 25 años. En cuanto a la cotización mínima, el periodo mínimo
para acceder a la prestación contributiva se mantendrá en los 15
años, aunque con tal cotización únicamente se podrá cobrar el 50%
de la base reguladora de la pensión. La posibilidad de jubilarse
anticipadamente se fija con carácter general desde los 63 años, con
coeficientes reductores que oscilarán entre el 5% y el 6% según el
número de años de anticipo de pensión. En caso de despido, la
jubilación anticipada podrá ser a los 61 años y se le aplicará
una importante penalización a la empresa.
A finales de 2010 había 17,5 millones
de cotizantes a la Seguridad Social y cerca de 9 millones de personas
cobrando una pensión de jubilación. Esto ofrece un ratio de 2
ocupados por cada pensionistas, lo que ofrece cierta holgura a las
cuentas de la Seguridad Social. Pero si se tiene en cuenta un
escenario a más largo plazo, esa ratio baja considerablemente y
amenaza con situarse en el entorno de un ocupado por cada jubilado,
lo que provocaría la insostenibilidad del sistema.
Si se compara el número de personas
activas con las jubiladas, la proporción sube a 4 activos por cada
jubilado, aunque todos los estudios abogan porque llegará a 2 a 1 en
pocos años.
En la consecución de esas cifras están jugando un papel protagonista el desplome de la natalidad y el progresivo envejecimiento de la población, como consecuencia de la ampliación en la esperanza de vida. El número medio de hijos por mujer se situó en el primer semestre de 2010, según los últimos datos del INE, en 1,38, el nivel más bajo desde 2006, mientras que la esperanza de vida se ha situado en 78,5 años para los hombres y en 84,5 para las mujeres. Eso significa que, pese que se podrían retirar a los 67 años, los hombres que hubieran generado derecho a pensión cobrarían una renta vitalicia durante una media de once años, mientras que las mujeres lo harían durante 17 años.
En la consecución de esas cifras están jugando un papel protagonista el desplome de la natalidad y el progresivo envejecimiento de la población, como consecuencia de la ampliación en la esperanza de vida. El número medio de hijos por mujer se situó en el primer semestre de 2010, según los últimos datos del INE, en 1,38, el nivel más bajo desde 2006, mientras que la esperanza de vida se ha situado en 78,5 años para los hombres y en 84,5 para las mujeres. Eso significa que, pese que se podrían retirar a los 67 años, los hombres que hubieran generado derecho a pensión cobrarían una renta vitalicia durante una media de once años, mientras que las mujeres lo harían durante 17 años.
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